"Lo más importante de la recuperación es la LIBERTAD, no te imaginas lo que es ser esclavo de una botella o de la cocaína, es horrible".
Hoy os traemos el testimonio de una persona que lleva ocho años recuperada y ha decidido contarnos su historia.
No podía parar de consumir, estaba todo el día... Llegó un momento en el que ya estaba muy mal, totalmente tocada, ya no quería hacer nada: ni ver a nadie, ni salir, ni nada, estaba en casa todo el día encerrada. Y tuve un accidente de coche, yo no me había enterado de nada, ni me acordaba absolutamente de nada y si no llega a ser por mi ropa, que tenía sangre, yo hubiera jurado que no había sido yo. En casa se asustaron y, a raíz de esto, tomamos cartas en el asunto, pero yo ya estaba fatal. El coche quedó destrozado y yo no me acordaba de nada ni me he acordado nunca.
Me llevaron al hospital y no sé lo que me hicieron, jamás me dieron un resultado, pero imagínate yo iba totalmente puesta, hasta arriba de todo. Nunca jamás dijeron nada a mi familia, nada de nada, y como se asustaron muchísimo, me llevaron a un amigo psiquiatra de la familia, ese psiquiatra me empezó a hurgar y ahí empezó a salir la verdad.
¿Por qué comenzaste a consumir?
Yo empecé a beber de repente con 14 años o así, con la gracia de salir en verano, y para mí en esa época era muy divertido, para creerme la más mayor, la más guay. Con el tiempo me he dado cuenta de que era por timidez, con el alcohol te desinhibes y yo soy super tímida. Tenía unos cuantos kilos de más y me daba mucha vergüenza. Así, poco a poco, cada vez fue a más... a más hasta que dejas de tener el control y te controla eso a ti.
¿En qué momento decidiste recuperarte?
Quería salir de ahí como fuera, quería recuperarme
Me encontraba tan sumamente mal, mal psicológicamente, hundida totalmente, mi vida era un despropósito, una mierda, lo único que quería era tirarme por una ventana, yo no quería vivir en ningún momento.
Era un pensamiento recurrente todo el día en mi cabeza: cómo me iba a quitar de en medio. Era un espanto. Me encontraba mal y me encontraba mal físicamente. No podía casi andar, me costaba levantarme de la cama.
Y entonces, cuando tuve el accidente y me llevaron a este psiquiatra, fue como que vi la luz. El psiquiatra lo que me vino a decir es: "yo aquí te puedo tener ingresada y te limpias, porque te desintoxicas en una semana, pero eso no va a servir absolutamente de nada, tú verás si quieres hacer algo y tomar cartas en el asunto". Eso fue lo mejor que me ha pasado en la vida... y repetiría y repetiría. Gracias a eso, decidí recuperarme.
Quería salir de ahí como fuera, quería recuperarme. Eso yo siempre se lo digo a los pacientes: que yo tuve la suerte de que me encontraba fatal, de que no quería estar así.
Entonces el psiquiatra empezó a tirar del hilo e hizo una cosa que me encantó: organizó una reunión con todos mis hermanos y todos mis sobrinos para decirles que tenía un problema con el #alcohol y la cocaína. Imagínate... para mí eso fue durísimo, nadie se había enterado nunca de nada, todos sabían que bebía pero yo no había montado nunca un número gordo. Pasé una vergüenza horrible, me sentí como una piltrafa.
Y eso fue la mayor liberación de mi vida y a raíz de ahí ya me empezaron a buscar sitios y, gracias a Dios, una sobrina mía era muy amiga de un socio del centro donde trabajo ahora, y me comento que acababan de abrir su primera consulta en Aravaca y yo vivo en Aravaca también, así que todo cuadraba.
¿Cómo fue tu recuperación?
Yo la recuperación la recuerdo como fantástica, como lo mejor que me ha pasado en los días de mi vida: dejar de sufrir, dejar esa esclavitud... la sensación de libertad es impresionante.
Estuve como 3 años, desde que comencé hasta que terminé, yendo a terapia. Cuando me dijeron lo que iba a tardar el tratamiento yo dije: "pero qué horror, qué es esto, qué largo"…, y luego no te quieres ir. Te encuentras tan bien tan bien que quieres seguir todo el tiempo, al revés, te tienen que echar a patadas (entre risas). Es increíble cómo te cambia la vida, esto es alucinante.
¿Hubo algún momento difícil? ¿Cómo lo superaste?
En recuperación tuve un momento muy difícil. Yo tenía un amigo, mi íntimo amigo del alma, la persona más importante después de mis hermanos. Él estaba con un cáncer horrible, terminal, espantoso. Estuvo ingresado en el hospital dos años, por aquel entonces estaba comenzando mi recuperación y no me dejaban hablar con él y eso para mí fue horrible.
Superar eso, sobre todo al principio, cuando me separaron de todos mis amigos de consumo fue lo peor. Lo recuerdo como lo más duro. Luego, cuando avancé un poco más en mi tratamiento, pude estar con él hasta el final. Para mí fue lo peor, eso y separarme de mis amigos.
Luego, a la vuelta es curioso por que yo todo lo idealizaba, ¿no? Mis amigos, mis amigos, mis amigos... pero, cuando pasa el tiempo y lo ves con otra cabeza totalmente diferente, te das cuenta de que tantos amigos no eran y tan amigos tampoco. Pero te cuesta, lo pasas fatal. Yo me creía que tenía a 3000 amigos alrededor y luego no los tienes para nada y, además, luego ni te interesan. Es curioso, cambia totalmente.
¿Algún momento positivo que recuerdes?
Positivos todos, es impresionante. No puedo decirte un momento concreto porque... ¡hay tantos momentos buenos!
Es alucinante todo lo que recuperas, para mí lo más importante fue la relación con mi madre, una señora supermayor que siempre he querido mucho... pero cuando estaba mal yo no la cuidaba, porque yo estaba fatal, no podía. Y mi relación ha cambiado de tal manera, del día a la noche, y eso es una gozada. La relación con todo tu entorno cambia.
Y te pasa lo mismo con todo eh, absolutamente con todo, es alucinante.
¿Crees que se supera la adicción?
La adicción no la superas nunca, al revés, yo creo que lo que es muy importante tener siempre dentro de la cabeza es que esto es para toda la vida.
Lo malo es que cuando te empiezas a encontrar fenomenal y a hacer tu vida normal y todo es cuando de repente se te va la cabeza y dices “yo ya estoy por encima del bien y del mal, prueba superada” y es ahí cuando puedes recaer. Estoy harta de verlo: gente que llevaba muchísimos años fenomenal y de repente… es increíble.
Yo creo que el secreto es estar siempre en contacto y en mi caso, al trabajar en una consulta, lo tengo siempre presente. No hay que olvidarse nunca.
Lo más importante de la recuperación es la LIBERTAD, no te imaginas lo que es ser esclava de una botella o de la cocaína, es espantoso. Todo el rato estás pensando a ver cuándo va a ser lo siguiente y de repente, la sensación de estar libre, de no tener dependencia, es alucinante.
Si te has sentido identificado con alguno de estos momentos, ven a contarnos tu historia. Nosotros Podemos y Queremos AYUDARTE. No dudes en contactar con nosotros.
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